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¿Qué es la lactosa?
Empecemos por el principio; la lactosa es un azúcar natural que se encuentra en la leche y en la mayoría de los productos lácteos y, aunque para todos sea tan natural escucharla, la realidad es que para digerirla, el cuerpo necesita todo un proceso, siendo una enzima llamada lactasa la protagonista que se encarga de descomponerla y transformarla en energía.
Cuando el cuerpo de tu bebé no produce suficiente lactasa o no la procesa bien, aparecen molestias como gases, cólicos o diarrea… justo como ese día en el que se te olvidó pedir el café con leche deslactosada y tú estómago te lo avisó.
¿Es normal la alergia a la lactosa en bebés?
Primero hay que hacer una aclaración: la verdadera alergia a la lactosa es muy rara en bebés; lo que la mayoría de peques presenta es intolerancia a la lactosa, que no es lo mismo (más adelante te contamos la diferencia).
Lo que sí es común es que el sistema digestivo del bebé, al ser todavía inmaduro, pueda tener dificultades temporales para procesar la lactosa; en la mayoría de casos, con el tiempo y el acompañamiento adecuado puede mejorar.
¿Por qué mi bebé tiene alergia a la lactosa?
La duda que muchos papás tienen: ¿por qué? No existe una respuesta única, la alergia a la lactosa puede deberse a diferentes razones en cada bebé:
Maduración incompleta del sistema digestivo: es normal que antes de los 6 meses el sistema digestivo de tu pequeñín siga estando muy débil, por eso, si durante este tiempo presenta algunos síntomas, ¡no es para preocuparse demasiado! Eso sí, aunque es frecuente, no dejes de consultar con tu pediatra de confianza para que sientas mayor tranquilidad.
Infecciones intestinales: los peques son propensos a sufrir diferentes virus gastrointestinales que les provocan diarreas fuertes, lo que deja sus estomaguitos débiles haciendo que la producción de lactasa se vea afectada temporalmente.
Factores genéticos: todo puede ser un tema familiar de alguna manera y hay ciertos bebés que heredan una predisposición a producir menos lactasa.
¿Es lo mismo alergia e intolerancia a la lactosa?
No, y es clave entenderlo porque de la diferencia dependen los síntomas y, además, el tratamiento. Aquí sus diferencias principales:
Alergia a la proteína: esta, como cualquier alergia, es una respuesta del sistema inmune que reacciona a las proteínas de la leche, causando erupciones en la piel, vómito e incluso dificultades respiratorias.
Intolerancia a la lactosa: contrario a la alergia, esta es solo una respuesta del sistema digestivo, no una reacción del sistema inmune. El cuerpo presenta una dificultad para digerir la lactosa causando diarrea y dolores abdominales.
Por eso, siempre es fundamental que un pediatra valore los síntomas para saber de qué se trata y dar el tratamiento correcto.
¿Hay diferentes tipos de intolerancia a la lactosa?

Ahora que distinguimos entre alergia e intolerancia, debemos identificar cada tipo… porque sí, ¡puede presentarse de diferentes maneras!
Intolerancia a la lactosa primaria
Es la más común y aparece cuando, con el tiempo, el cuerpo produce menos lactasa; este tipo de intolerancia es cuestión de espera, aunque en bebés es poco frecuente.
Intolerancia a la lactosa secundaria
Se presenta después de una infección intestinal o diarrea fuerte, que daña temporalmente la producción de lactasa. Este tipo de intolerancia es la más común en pequeñines.
Intolerancia a la lactosa congénita
¡Es muy rara! Y ocurre cuando los bebés nacen sin la capacidad de producir lactasa, pero no te preocupes, es muy fácil de detectar desde los primeros días de vida.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la intolerancia a la lactosa?
En todos los pequeñines puede verse muy similar, así que, si identificas alguno de estos síntomas, llévalo pronto a consulta; recuerda: entre más rápido actúes, más previenes.
Diarrea en bebés
Aunque el popó de los bebés pocas veces es lo suficientemente consistente, sí hay algunas deposiciones con apariencia más suelta de lo común y con mayor frecuencia; incluso, en ocasiones puede presentar muy mal olor o espuma.
Para estos casos, recuerda tener siempre a la mano Toallitas Húmedas Pequeñín para piel delicada, así te aseguras de que la colita de tu bebé no sufra y se mantenga impecable.
Cólicos y gases en bebés
La pancita dura, los retorcijones y el llanto inconsolable después de comer pueden ser señales de que tu peque no está digiriendo bien la lactosa.
Otros síntomas que pueden aparecer son irritabilidad, vómito ocasional y enrojecimiento en la zona del pañal por las heces ácidas.
¿Cómo tratar la alergia a la lactosa en bebés?
Ante cualquier sospecha, ¡el primer paso siempre es consultar al pediatra! Nunca retires la leche por tu cuenta, porque puede afectar el crecimiento y nutrición de tu pequeñín.
Tratamiento para la alergia a la lactosa si le das leche materna
Siempre debes recordar que la lactancia materna sigue siendo el mejor alimento; si el pediatra confirma que tu bebé tiene intolerancia, puede recomendarte ajustes temporales en tu dieta o suplementos que ayuden a tu peque a digerir mejor la lactosa… pero nunca tomes decisiones apresuradas.
Tratamiento para la alergia a la lactosa con leche de fórmula

Aquí el panorama puede ser un poco más sencillo, porque en los casos en que el peque toma fórmula, el pediatra puede sugerir fórmulas especiales sin lactosa o con proteínas hidrolizadas, diseñadas para bebés con sensibilidad y, ¡problema resuelto!
Cada bebé es único, y lo más importante es no entrar en pánico, porque con la orientación médica adecuada y un poco de paciencia, tu peque puede crecer fuerte, sano y feliz, sin que la lactosa sea un obstáculo.

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